Alberto Aguilar entra a matar al carretón
En vísperas de su cita en la Feria de Otoño, inaugura el curso de la Escuela Taurina de Madrid con una clase magistral
La Escuela Taurina de Madrid inauguró un nuevo curso con
una clase magistral de Alberto Aguilar. Con presencia de la presidenta
de la escuela, Paloma García Romero, las sentencias del director, Joaquín Bernadó, y la coordinación sabia de José Luis Bote,
Alberto Aguilar toreó de salón y sobre todo les habló con la sinceridad
del que sólo hace 10 años que estaba recibiendo las enseñanzas en ese
mismo sitio: «Ahora os divertís jugando al toro pero cuando sale el de verdad es otra cosa».
«Veo en vuestros ojos la ilusión de querer ser figura del toreo». Con esa frase empezó Alberto Aguilar
su encuentro con una veintena de proyectos de toreros que hoy empezaban
el nuevo curso en la Escuela Taurina Marcial Lalanda. De manera natural
con los trastos en la mano, el torero madrileño fue intercalando pases
con frases a corazón abierto: «No sé cuantos vais a llegar a vivir del
toro pero todos vais a tener vuestra oportunidad. Tenéis que conoceros
mucho», señaló Aguilar a lo que el maestro Bernadó, sembrado toda la
tarde, añadió «son más modernos que en tu época pero saben hacer bien el paso».
Alberto Aguilar fue realizando todas las suertes, animando y
corrigiendo técnicamente a los jóvenes novilleros. «Con lo que más
disfruto es toreando a la verónica. En este caso lo más importante es enganchar los toros y
eso se hace con la mano de fuera. No os conforméis sólo con la
verónica. El capote es muy vistoso y a la afición le gusta mucho»,
aseguró al tiempo que les pedía «mucho tiempo los trastos en las manos y acostumbraros a andar con ellos».
Creí que eso era jauja
Entre suerte y suerte tocó recordar sus comienzos: «De novillero toreé bastante en tres temporadas y corté una oreja a un novillo de Fuente Ymbro en Madrid. Ahí creí que eso era jauja. Y si te relajas te quitan del camino. Después tomé la alternativa sin ambiente y estuve dos años parado hasta
que me pusieron en Francia con una de Victorino y le corté las orejas.
Por eso nunca desfallezcáis. Hay que sufrir porque en el sufrimiento
esta la gloria».
Ya con la muleta en la mano habló de derechazos y naturales: «Hay que olvidarse del pitón de dentro y pensar en el de fuera. Cuanto más cruzado mejor te va a embestir. A la hora de rematar también hay que ser variado. El toreo es también improvisación, aquí dos y dos no son cuatro».
Cuando le pusieron delante el carretón
llegó el momento de las confesiones: «Para ser sincero este año no me
ha ido muy bien con la espada. Se me han ido triunfos muy importantes
con la espada, como en Mont de Marsan, donde perdí tres orejas con la de Victorino».
José Luis Bote recordó que uno de los chicos presente en el encuentro
se había dejado un rabo la semana pasada en Algemesí, a lo que Joaquín
Bernadó añadió «algunos parece cumplir al máximo el quinto mandamiento».
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