El extremeño muestra su momento y su
ímpetu sacando el fondo del cuarto y el riojano gusta por su clasicismo ante el
quinto
Por Íñigo Crespo
Jiménez Fortes, sin opciones con el peor lote de una deslucida corrida
de Alcurrucén.
FOTOS DE
JAVIER ARROYO DEL FESTEJO
Antonio Ferrera y Diego Urdiales, el primero por la vía de la técnica, el valor y el
poder, y el segundo por la senda del clasicismo, han protagonizado los pasajes
más destacados en el último festejo de la Feria de San Mateo en Logroño. Cada
uno de ellos dio una vuelta al ruedo en un festejo en el que Jiménez Fortes, que cerraba la
terna, fue silenciado con el peor lote de una corrida de Alcurrucén deslucida en líneas
generales salvo dos toros: cuarto y quinto.
El colorado salpicado primero fue un toro serio y bien
hecho, que empujó en varas y no se entregó en la muleta. Con la cara alta.
Antonio Ferrera cuajó un buen tercio
de banderillas, desplegando conocimientos y sabiduría antes de una faena de
buen oficio y firmeza, sin renuncias pero sin muchas opciones. Gran estocada.
Su segundo resultó exigente, aplomado y que desarrolló fondo por la autenticidad
del torero extremeño que lo exprimió en una faena técnica, valerosa y de poder.
Firme y atalonado con el animal, le
consintió una barbaridad hasta sacar rédito. Muy importante el extremeño, que
mató de estocada y dos descabellos.
Diego Urdiales sorteó en su primer turno un toro deslucido, sin clase
ni entrega. El riojano trató de manejarlo con afán y dedicación, rematando su
labor de buena estocada al encuentro. El quinto tuvo buena condición, nobleza y
fijeza. Asentado estuvo Urdiales en una faena
clásica, a más, salpicada de muletazos excelentes sobre ambas manos. Bueno fue
su toreo en redondo, templado, de buen dibujo. Al natural corrió bien la mano.
Labor con poso y armonía, coronada de pinchazo, estocada y dos descabellos. Dio
la vuelta al ruedo.
Jiménez Fortes fue silenciado tras pasaportar al tercero, un toro
deslucido y agarrado al piso. El malagueño puso empeño en una faena larga y
tesonera, en la que anduvo muy metido con el toro, tratando de hilvanar una
labor de cercanías. Buena actitud del torero. El sexto fue también deslucido.
Llevó la cara alta y sin ritmo, que fue el déficit mayor de la corrida. Estuvo
mucho tiempo delante del animal a base de tesón en una labor sin brillo
rematada de dos pinchazos, media estocada y descabello.
Logroño, martes 24 de septiembre de 2013. Toros de Alcurrucén, bien
presentados y deslucidos salvo el cuarto, con fondo, y el quinto, de buena
condición. Antonio
Ferrera: Silencio y vuelta
al ruedo tras fuerte petición de oreja; Diego Urdiales: Silencio y vuelta al ruedo; Jiménez
Fortes: Silencio tras aviso
en ambos. Entrada: Media plaza.













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